El Gobierno sacrifica su reforma laboral para congraciarse con los sindicatos
- Endurece la solicitud de los ERE y aumenta los trámites burocráticos
- Hay que acreditar pérdidas previstas no "coyunturales"
La reforma de las pensiones, a cambio de la reforma laboral. Las constantes amenazas de los sindicatos de convocar una nueva huelga general, al final, han dado sus frutos.
Ayer mismo, el líder de CCOO confirmaba que no tiene intención de convocar un paro en este mes de enero, tal y como adelantó ayerelEconomista. No obstante, la factura va a ser algo más cara de lo inicialmente previsto, ya que para lograr este cambio de postura, el Gobierno ha tenido que ceder en su principal reforma: la del mercado laboral.
El reglamento de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), que se aprueba hoy en Consejo de Ministros, endurece las causas económicas de despido objetivo. De hecho, deshace los avances que se consiguieron en la reforma laboral, cuando se admitió como pérdidas económicas la previsión de pérdidas futuras.
El nuevo texto define que la previsión de pérdidas no debe tener "un carácter meramente coyuntural", sino que deben ser estructurales. Esto coarta la flexibilidad que se introdujo en la reforma aprobada en septiembre para que los empresarios tuvieran la posibilidad de adaptarse a una futura crisis en su empresa antes de verse inmersa en ella.
Así las cosas, volvemos a la línea de salida. Las empresas tan sólo podrán presentar un ERE basado en causas económicas y pagar 20 días por año trabajado con 22 mensualidades cuando acrediten pérdidas económicas o justifiquen que están abocadas a la ruina.
Más trámites
Aunque parezca que con este cambio la legislación laboral está dando un paso atrás, el gran retroceso viene con la obligación de presentar un sinfín de informes, memorias y hasta auditorías para justificar el estado económico de la empresa.
La recopilación de toda esta información no supone ningún problema para una sociedad de gran tamaño, pero para las empresas medianas o pequeñas, que no cuentan con un departamento propio de contabilidad, puede significar un sobrecoste que se añade a la delicada situación por la que atraviesan.
Además, toda esta burocracia se duplica si la empresa tiene que justificar unas pérdidas futuras. En este caso, aparte de la memoria, los resultados "que desprendan una situación económica negativa", tendrán que ir acompañados de las cuentas anuales de los dos últimos ejercicios, las cuentas de pérdidas y ganancias, el estado de cambios en el patrimonio neto y un largo etcétera. La compañía está obligada a presentar un informe técnico sobre la evaluación de su previsión, del sector, de la evolución del mercado y de la situación de la compañía dentro respecto a su competencia.
Asimismo, para acreditar el resto de causas ya sean técnicas, organizativas o de producción, el reglamento también describe un largo listado de memorias e informes que acrediten la posición empresarial.
No obstante, estas zancadillas no vienen solas. La secretaria de Estado de Empleo, María Luz Rodríguez, advirtió de que toda esta documentación será examinada con lupa por la autoridad laboral para impedir que la flexibilización de las causas, que introdujo la reforma, se transformará en un "coladero" de despidos, según recriminaban las organizaciones sindicales.
Plan de recolocación
Otra traba más para las empresas es que el nuevo reglamento obliga a que las empresas presenten un plan de acompañamiento social para paliar el efecto de los trabajadores afectados. Aunque esta medida ya estaba presente en la ley, era habitual que los sindicatos exigieran un aumento de la indemnización de los trabajadores para excluir ese punto.
Pero ahora se fomentará su utilización y será la autoridad laboral correspondiente la que vigile su cumplimiento. De hecho, a partir de ahora, las empresas con 50 o más trabajadores que presenten un ERE deberán acompañar su solicitud con la presentación del plan de recolocación.
Además, con independencia de la situación económica de las empresas, todas tendrán que cumplir este requisito.
Entre las medidas que propone el texto para llevar a cabo el plan de acompañamientodestaca la recolocación a través de las empresas de recolocación autorizadas.Estas agencias ya han acreditado altas tasas de reinserción laboral para los afectados de los expedientes de regulación.
La norma también destaca otras vías de salida para los afectados como la recolocación interna de la compañía dentro de otras empresas del mismo grupo; la movilidad funcional y geográfica con la compensación económica que este cambio supondría para el empleado y acciones de formación o reciclaje profesional.
Representatividad sindical
El reglamento reitera el acceso de la representatividad sindical a todas las empresas incluso a las pymes, donde su implantación es bastante difícil. El texto expone que, en las empresas sin representación sindical, los trabajadores deberán atribuir su representación en las negociaciones a una comisión designada de los propios empleados o a los sindicatos más representativos a nivel nacional o del propio sector económico.
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