viernes, 18 de febrero de 2011


Nueva Rumasa tiene sus raíces en paraísos fiscales

G. Cañabate/ J. Romera




Pese a que el grueso de los negocios del holding de la abeja se encuentra en España, la familia Ruiz-Mateos se ha preocupado durante estos los últimos años de levantar los cimientos de su nuevo panal empresarial bien lejos del fisco peninsular.

Como ya avanzó este periódico en enero de 2010, la familia Ruiz-Mateos ha creado un conglomerado de sociedades, domiciliadas en su mayoría en los Países Bajos, con el objetivo de evitar otro susto como el de la sonada expropiación del año 1983. Por aquél entonces, Ruiz-Mateos poseía un gigante de 700 empresas, 65.000 trabajadores y una facturación de algo más de 2.000 millones de euros que se vino abajo por un problema muy parecido al que ahora acontece: no pagar a la seguridad social.

Hoy en día es mucho más complicado acceder a datos fidedignos sobre el nuevo holding de los Ruiz Mateos, ya que la conocida familia jerezana ha preferido no consolidar ni auditar bajo un mismo paraguas todos sus negocios.

La versión oficial de Nueva Rumasa justifica esta postura asegurando que de esta forma se evitan un persecución gubernamental como la de hace 28 años, pese a que convierte el holding en un opaco entramado de difícil acceso para inversores interesados. Lo cierto es que la legislación mercantil holandesa es mucho más flexible que la española ya que permite, entre otras cosas, no especificar quién es el accionista de control de una determinada sociedad.

Así, la matriz de Dhul es una firma con sede en Amsterdam -Dhul Holding NV-, que controla el 65,76% de la compañía. El grupo lácteo Clesa tiene el 17,7%, pero su propietaria, Alinda Finance, está también domiciliada en los Países Bajos. Por si esto fuera poco, esta sociedad está a su vez controlada por la firma Serendipity, con sede en las Antillas Holandesas.

Según la compañía, el caso de Garvey es distinto. La empresa propietaria de las bodegas jerezanas actúa bajo la denominación de Complejo Bodeguero Bellavista y fue adquirida por los Ruiz-Mateos a una sociedad, Garvey NV, que ya estaba en Holanda y que se mantiene ahora allí.

Para evitar precisamente las numerosas críticas que apuntan a que Holanda es un destino fantástico si lo que se pretende es ahorrar impuestos, el propio José María Ruiz-Mateos (hijo), consejero delegado de Nueva Rumasa, se ha encargado de desmentirlo tajantemente en varias ocasiones. "No hay ninguna razón fiscal", aseguraba hace unos meses en una entrevista con este periódico. Además, ante la inquietud de los potenciales inversores de Nueva Rumasa, la compañía ha insistido también durante los últimos meses en que "el hecho de que las sociedades estén domiciliadas fuera no implica ningún tipo de riesgo para el pago de los pagarés, que está completamente garantizado, independientemente de dónde esté el domicilio fiscal".

Pero a parte de estas declaraciones, poco se sabe sobre Nueva Rumasa. Los únicos datos conocidos han sido aportados por la propia familia, y dicen que su nuevo holding está formado por 117 empresas con más de 10.000 empleados fijos, y una valoración patrimonial neta de entre 5.900 y 6.000 millones.

Lo adelantamos. El 18 de enero de 2010 este periódico informaba sobre el opaco entramado empresarial de los Ruiz-Mateos y sus raíces fiscales en los Países Bajos.


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